Tras la puesta en circulación de las monedas y billetes de euros, el 1 de Enero de 2002, por una parte se permitió que los distintos estados pudiesen continuar acuñando monedas conmemorativas, generalmente de metales preciosos, oro y plata e incluso algunas de ellas pudiendo ser utilizadas como medios de pago.
Pero en algunos estados existía la costumbre de que alguna de sus monedas circulantes tuviese un carácter conmemorativo y quisieron continuar con dicha tradición, por ello a finales de 2003 una directiva, permite a los estados acuñar una segunda pieza anual de 2 euros, dedicada a la circulación, siendo Grecia con su pieza dedicada a los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, el primer estado en hacer uso de esta moneda.
La medida fue bien recibida por los distintos estados que fueron acuñando distintas piezas, en aquel 2004 se sumarían a Grecia, Italia, Luxemburgo y Finlandia, también lo hicieron Vaticano y San Marino, en 2005 España, Bélgica, Austria, tanto es así que en 2007 la Comisión Europea impulsa una moneda de dos euros conmemorativa del 50 aniversario del Tratado de Roma, surgiendo el primer problema sobre esta moneda, cuando se trata de una emisión conmemorativa común, los estados podrán acuñar ese año dos monedas, la propia y la común.
Pero la normativa sobre estas monedas, aún habría de sufrir una nueva modificación, cuando en 2013 Alemania y Francia deciden acuñar una moneda común conmemorativa del 50 aniversario del Tratado del Eliseo y que esta pieza computase como moneda común europea, al no aceptarlo la Comisión, se permite que desde finales de 2012, los Estados puedan acuñar hasta dos monedas conmemorativas de 2 €, ampliables a tres en caso de conmemoraciones comunes.